Página editada y compaginada por: Cristian A. Martinez

Estimado visitantes

Estimado visitantes
Atte. Motonautica Argentina en el recuerdo.

domingo, 5 de febrero de 2017

Respuesta de Juan Manuel Fangio a la carta de su amigo Oscar Alfredo Gálvez.

AMIGOS, ANTE TODO Y ANTE TODOS. (SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE). Juan Manuel recibió las líneas escritas a máquina por su amigo Tito, y después de leerlas, entusiasmado, se sentó en el escritorio, tomó lápiz y papel, y mientras escribía contento, se imaginaba como seria eso de correr en el agua, reencontrarse con sus amigos de la Capital, una charla entre todos, mientras se va haciendo el asadito, y entre mate y mate, imaginar la llegada de las carreras que los acerquen a los caminos de este gran país, pero ante todo, había una noticia que los muchachos de aquí y allá esperaban día a día: el fin de la segunda locura mundial, llamada formalmente “guerra”. Y es entonces, que Juan Manuel le escribe de puño y letra a su amigo Tito … Mi querido Tito : “ Tu carta me ha producido una gran alegría, porque ella despierta en mí un montón de gratos recuerdos de nuestras andanzas automovlísticas.” “Nuestra amiga de todas la horas, la revista “El Gráfico”, ha tenido la gentileza de ponernos en contacto, y me hace saber detalles de tus actividades deportivas actuales. ¿Quién iba a imaginarse que, para ir pasando esta época de racionamiento, ibas a enderezar para el lado de las lanchitas a motor? Yo me lo explico porque te conozco y sé que tenés un motor bien comprimido y acelerado a fondo en tu alma (…) Lo llevás dentro, pero estoy seguro que mejor estarías encajado en un avión de os modernos, de esos que les llaman “de picadas”… pero nada de andar tirando bombas. Eso estaría más de acuerdo con tu temperamento que la lanchita”. “A mí, Tito, no se me pueden olvidar los recuerdos de tantas y tantas largadas de etapas a medianoche o de madrugada; tan llenas de emoción y en las que esperábamos la bajada de la bandera a cuadros para lanzarnos a correr desde ese “vamos” a fondo en caminos en los que abundan puentes, lomos de burro, guarda-ganados, etc… que te obligan a hacerte chiquito porque así parece que vas a pasar más fácil… y que si ves a tu acompañante medio distraído, hay que avisarle al grito de “¡guarda!” Recuerdo siempre cuando llegaste a Bahía Blanca en la última etapa del Sur. Habías roto un cristal del parabrisas que reemplazaste con una lata, y tu acompañante venía espiando los golpes por un agujerito no más grande que una moneda de veinte centavos. A consecuencia de tanto sacudón el pobre había quedado tan machucado que, en vez de parecer tu acompañante, daba la sensación que venía de pelear con cinco juntos.” (…) “He ido recordando esto, y han empezado a desfilar por mi mente tantos amigos, algunos que veo de cuando en cuando, y otros que ya no están.” (.…) “Si no fuera por la distancia que nos separa, podés estar seguro que ya me habría animado a hacer mi piquecito en una lanchita. Tú me prestarías la tuya para probarme, ¿verdad? Y yo te ayudaría a buscar el secreto de la hélice… (Mirá que lindo nombre para una película). Pero estoy por asegurarte que vas a encontrar el secreto, como los encontraste con tus Ford… y es posible que esté debajo de tu pie derecho. Aquellos coches tuyos caminaban tanto porque les resultaba mejor estar con el acelerador a fondo que andar subiendo y bajando”… “Tengo un amigo en la Capital que también le gustan las pruebas en lanchas, y me ha hablado de lo interesante que resultan. Así que no está muy lejos el día en que vaya a verte y de paso probarme los flotadores. El inconveniente, como te dije al comienzo, reside en la distancia, en sa distancia que en tiempos normales y en carreras seria apenas un simple piquecito. Para quienes hemos salido a corrernos un Gran Premio hasta Perú y regreso, y en la primera etapa nos despachamos con más de 1300 kilómetros, ¿Qué es lo que existe entre Balcarce y la Capital? Pero estamos racionados Tito, racionados e inactivos. Tengo un poco de miedo de que nos oxidemos, o que de tanto soñar con las carreras que habrán de venir, el día que lleguen nos encuentren más soñadores que efectivos…Pero…donde hubo fuego cenizas quedan, ¿verdad? Y en cuantito el viento propicio avente las cenizas, va a surgir la llamarada con más fuerza que antes, porque encontrará libertad, amplitud, “espacio vital”, ¿no te parece? Dudo un poco, pero más confío. Por eso, en cuanto volvamos a los tiempos de antes, lo primero que hago es poner un “chivo” al pelo, para darme el gusto de colocar el acelerador contra la tabla, sin pensar para nada en la cubierta que se puede romper. Los tiempos cambiaron mucho Tito. ¿Te acordás de cómo chirriaban las cubiertas en una curva con derrapage? Ahora tenemos que andar despacito, cuidando neumáticos y nafta. Es entonces que vienen a la memoria los derroches de aquellos días y lo comparamos con estos de ahorro forzoso. Nos estamos volviendo económicos a la fuerza, pero ya nos desquitaremos cuando pongamos el pie contra a la tabla y los ojos al frente”… “Tengo que verte pronto por eso de la lanchita, y también por un negocio que puede ser productivo para ambos. O salimos siendo unos tipos ricos o unos ricos tipos” …. “Bueno Tito: veo que se me ha ido la mano y te hecho casi un testamento, y en tanto espero la oportunidad en darte un abrazo, te pido trasmitas mi cordial saludo a nuestro estimado amigo Ricardo Lorenzo, a quien habré de saludar en mi próxima visita a la Capital” Te saluda “EL CHUECO”. Espero que les haya gustado estas dos entregas, tan llenas de verdad, como la vida misma. La primera carta, la escribe Tito al Chueco el 23 de marzo de 1945, y el Chueco, lo hace el 30 de marzo del mismo año.
Foto 1- Las imágenes que acompañan esta última entrega, nos muestran a Juan Manuel Fangio escribiéndole a su amigo Oscar Alfredo Gálvez
Foto 2- la segunda nos muestra a los dos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿QUE FALTARÍA EN ESTA PAGINA?

Motonautica argentina en el recuerdo

Motonautica argentina en el recuerdo
Donde lo mejor de la motonautica cobra vida.