La discusión por la publicidad.

Una vieja discusión en motonautica se reavivo con singular ímpetu hacia 1968, cuando la unión Internacional de Motonautica aprueba el uso de la publicidad en los cascos, a instancias de las presiones que ejercían en el organismo, con sede en bruselas, las representaciones de Italia, Francia, Estados Unidos e Inglaterra. El consenso de la época indicaba que si bien hasta aquel momento se había competido sin publicidad, la nueva fuente de ingresos seria muy útil para costear los gastos de una actividad en constante evolución, que siempre estaba ávida de recursos para actualizar y mantener sus cascos competitivos. El hecho repercutio en Argentina, puesto que el Yacht Club Argentino pidió sus desafilacion a la UIM tras aprobarse la medida. Se dijo en un primer momento que el YCA defendia el "amateurismo" de la actividad, pero posteriormente Idelfonso Fernandez, miembro directivo del YCA, aclaro que el pedido de desafiliación tuvo lugar "por una custion de principios, ya que siendo entidad fundadora de la UIM el YCA no fue consultado sobre la medida". Cuando ya se evaluaba la posibilidad de que la Federación Motonautica Argentina pidiera su afiliacion a la UIM en lugar del YCA, se recompusieron las relaciones entre la entidad internacional y su representante local, quedando las cosas tal como estaban. Si bien a muchos competidores la publicidad podía llegarles como una tabla de salvación, la mayoría de los que precisamente menos necesitaban de la publicidad como fuente de recursos eran los mas aptos para poder obtenerla. Los astilleros Tenían pilotos que, corriendo con sus marcas, contaban con todo el apoyo y asesoramiento necesario en cada competencia. Eso hizo que para quien no tuviera el apadrinamiento de alguna empresa hiciera muy difícil sostenerse en nivel competitivo. Así, si bien la resolución de la UIM ponía en igualdad de condiciones a todos los pilotos, estos se dividían entre quienes no estaban pendientes de la publicidad para seguir compitiendo y otros que esperaban encontrar en esta nueva fuente de ingresos la posibilidad de equipararse a los monstruos de la actividad. Finalmente se autorizo la publicidad y entro en vigencia la posibilidad de tener sponsors el 1 de enero de 1968. Si bien soluciono algunos problemas, genero otros que dañaron la actividad. El primer piloto que corrio con una publicidad después de la autorización de la UIM fue el porteño Franco Robino, que lo hizo apoyado por el aditivo Bardahl. Enseguida lo siguieron otros pilotos: Alfredo Matetthesius (apoyado por el whisky Old Smuggler), el equipo Big Ben (Nestor Sarthou, Floro Uris, Pedro Soriano y German Barbot). Para dar un ejemplo de los beneficio que reportaba el aporte publicitario a sus destinatarios German barbot recuerda que "con cuatro meses de Sponsorizacion de Penssyl pude costear el valor de la lancha".