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domingo, 9 de abril de 2017

Origen y desarrollo de la motonautica en el mundo...

En 1903 el Automóvil club de Gran Bretaña forma el subcomité llamado Marine Motor para promover las regatas a motor en ese país. Fue el año en que sir Alfred Harmsworth dona al Auto Club Británico un trofeo denominado British International Trophy, que ganaría el vencedor de una competencia internacional de lanchas a motor, de cualquier características y tamaño, no superior a 40 pies. Resultó vencedor el Napier, embarcación con motor de 100 caballos del ingles S.F.Edge, quien se adjudicó la primera edición del Britesh International Trophy logrando una media horaria de 31,842km/h. la media horaria de Napier viene a ser considerada posteriormente como punto de partida del primer mundial de velocidad sobre agua y marca el inicio de la actividad deportiva motonautica en el país anglosajón. cada país quería estar a la vanguardia y creaba su premio. por eso, en aquel glorioso 1903, se estableció en francia el trofeo Dubonnet y en Estados Unidos, la Copa de Oro (Gold Cup), que aún hoy se corre. Hacia esa época se empieza a correr en Europa el trofeo John Ward, único que se sigue corriendo en la actualidad en forma continua. la prueba se realiza un año en cada país afiliado. ya veremos en paginas subsiguientes que dos argentinos lograron adjudicarse el preciado trofeo en circunstancias bien distintas: Eugenio Etchegoin, el argentino que revitalizo la motonautica en francia, lo logro en 1927, 1928 y 1929 y Germán Barbot hizo lo propio en 1975. La afirmación de la actividad motonautica en Europa se consolida hacia abril de 1904, con la exposición de Mónaco, que en abril de aquel año precedió a una importante regata que contó con setenta y cuatro embarcaciones. Ese año el citado ingeniero italiano Enrico Forlanini probaba de manera practica su primer hidroplano. En aquella época, Mercedes y Fiat fabricaban tanto embarcaciones como motores, siendo activos participantes de las regatas. Pero del otro lado del atlántico, los americanos trabajaban activamente en la creación de un torneo que estaba destinado hacer historia: la copa de la American Power Boat Association, conocida popularmente como Gold Cup. La competencia tuvo lugar en junio y se impuso la lancha Standard, de C.C. Riotte. Eran tiempos de crecimiento acelerado para la motonautica estadounidense y por ello no sorprendio que la embarcación Adiós, diseñada por Leighthon de la ciudad de Siracusa, estableciese una marca de 37km/h en el lago Onodanga. Este trofeo, disputado por lanchas de fuerza libre, fue considerado por varios años la máxima prueba motonautica de su tiempo. Reglamentaciones posteriores, que limitaban la fuerza de los motores, hicieron que decayera su atracción mundial, ocupando su puesto el trofeo Harmsworth, por cuya conquistas se median las lanchas mas poderosas del mundo y donde se hiso celebre el gran piloto norteamericano Gar Wood. Debido a su perdida de protagonismo, hacia mitad de siglo la Gold Cup volvió a admitir la fuerza libre y recupero su importancia. Mas allá de los certámenes deportivos, la motonautica recuerda en aquel 1904 el lanzamiento de la primera línea de motores fuera de borda destinado al uso comercial. Se trataba de motores monocilíndricos de dos tiempos. Los puso a la venta la firma del americano C.D.Waterman, de Detroit, quien después de vender una docena de unidades conforma, junto a un socio, la Waterman Marine Motor Co., para la producción comercial de los fuera de borda. Los diseños de cascos y motores avanzan, pese a tratarse de pruebas empíricas. si bien no se conoce exactamente cuando apareció la primera lancha de carrera con escalón, una de las primeras realizaciones prácticas fue la lancha francesa Rampiere III, que data de 1908. Aquel diseño alcanzo una velocidad de 59km/h obtenida por 120hp. Primitivamente, la misión del escalón era sustentar la parte siguiente del casco a la fricción del agua. En aquella época existía una-nimidad de criterio con respecto al peso de una lancha: una lancha debía conjugar peso mínimo con máxima potencia. "En cuanto a aspectos del casco -cita el ingeniero Juan Baader en su libro cruceros y lanchas veloces- aun alternaban las lanchas muy largas y angostas, de líneas afinadas en U, con lanchas en V sin escalón como también otras con uno mas escalones". Con respecto a las marcas de velocidad, Baader indica en el libro citado que en Mónaco, hacia 1914, ya se alcanzaban los 80km/h, con 440hp de potencia de motor. Después de la primera guerra, en 1919, el récord mundial paso a los 115km/h, meta alcanzada con una lancha de 8,5 de eslora, utilizando una potencia de 570hp. El British Trophy, la Gold Cup y Mónaco marcan el punto de una actividad competitiva que se perfecciona, se supera día tras día a cada lado del Atlántico. Precisamente en una exposición de Mónaco que dio marco a un campeonato mundial, surge el nombre de un argentino, Aron de Anchorena, pionero de nuestra motonautica, que sorprende al mundo con su brillante lancha PAMPA. Sin embargo, aunque Europeos y Americanos continuen con sus reivindicaciones históricas, en otra parte del mundo la motonautica comenzaba a tomar impulso de manera silenciosa pero continua, hecho que años después sorprendería a unos y otros cuando -en competencias internas- pilotos surgidos del hemisferio sur llegaran a disputarse los primeros puestos en las competencias mas importantes. Argentina a la vanguardia de sudamérica en materia de motonautica e industria naval, ya había a dar pasos agigantados en el deporte. Con diseños propios, surgidos del genio creador de un grupo de inmigrantes apostados en la margen izquierda del río luján, nuestros pioneros de la motonautica comenzaron a hacer historia en las aguas del RÍO DE LA PLATA y el DELTA DEL PARANÁ.

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